Las numerosas ventajas de crecer junto a perros han sido ampliamente documentadas, y uno de los beneficios más profundos es la creación de una amistad para toda la vida, como se ilustra bellamente en un conmovedor video protagonizado por un Golden Retriever.
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Esta conmovedora historia se desarrolla dentro de una familia que ya ha capturado los corazones de la comunidad en línea con sus adorables videos que muestran a sus tres Malamutes. El año pasado, dieron la bienvenida con alegría a un nuevo miembro, Nathan, a su círculo familiar. La familia estaba compuesta por tres humanos (una madre, un padre y su hija), además de dos Malamutes y un gato llamado Milo, antes de la llegada de Nathan.
La emoción que rodeó la presentación de Nathan a su hermana mayor humana, Amelia, y a sus hermanos peludos era palpable. Shane, el padre, compartió su entusiasmo en Instagram y notó cómo uno de los perros temblaba visiblemente de emoción al conocer al miembro más nuevo de su familia.
Tan pronto como llegó Nathan, los perros inmediatamente abrazaron a su hermano pequeño y se turnaron para cuidarlo mientras dormía pacíficamente. Sin embargo, un miembro peludo de la familia, Buddy, el Golden Retriever, destacó por su inquebrantable dedicación. Se convirtió en el compañero constante de Nathan y rara vez se apartaba del lado del niño.
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Aunque Nathan todavía era demasiado joven para tener interacciones significativas, mostraba un cariño natural por Buddy y a menudo intentaba acurrucarse con él. El bebé encontró consuelo al usar a Buddy como una “manta” cálida y acogedora. En el conmovedor video de YouTube compartido recientemente por la familia, el cariñoso hocico de Buddy descansaba suavemente sobre las diminutas piernas de Nathan mientras se sentaba o dormía junto al bebé.
Shane compartió sus observaciones y dijo: “¡Este Golden Retriever nunca se aparta del lado de un recién nacido cuando se encuentra con uno!”. Describió con más detalle la devoción inquebrantable de Buddy, y señaló que Buddy seguía a Nathan dondequiera que se aventurara, o tan lejos como podía llegar sin que lo cargaran. Era como si sus perros poseyeran el instinto innato de convertirse en guardianes protectores del nuevo miembro de la familia.
El vínculo que se está formando entre Buddy y Nathan es verdaderamente conmovedor. A medida que continúan creciendo juntos, es evidente que están destinados a convertirse en un dúo inseparable y extraordinario, que encarna la conexión eterna entre un niño y su leal compañero canino.
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