La Princesa Pixie, apenas reconocible como un cachorro de pitbull, escapó audazmente de su negligente “hogar” y buscó refugio en el jardín de un extraño. Cubierta de llagas y con el pelaje caído, provocó que el preocupado dueño de un perro llamara al control de animales para obtener ayuda inmediata.
Inicialmente se creía que tenía quemaduras, pero la condición de Pixie fue diagnosticada como un caso grave de sarna demodex, que le provocó pérdida de cabello y costras. A pesar del comienzo difícil, LifeLine Animal Project intervino y puso al cachorro de 4 libras al cuidado de la experimentada madre adoptiva Daphne Bragg. La primera prioridad fue tratar la sarna de Pixie mediante una serie de baños medicinales, convirtiendo el fregadero de la cocina de Daphne en un spa improvisado.
Si bien la fase de curación inicial de Pixie resultó en una apariencia calva, fue una parte normal de su proceso de recuperación. Con sólo cinco o seis semanas de edad, Pixie, ahora bajo el atento cuidado de Daphne, aprendió habilidades sociales cruciales de Elliot, un perro rescatado con un pasado desafiante similar.
Elliot y Pixie formaron un vínculo inseparable, jugaron juntos y compartieron importantes señales sociales caninas. La vivaz personalidad de Pixie surgió, mostrando tanto afecto como energía ilimitada de cachorro. La amorosa atención que recibió aceleró su recuperación y le brotaron nuevos pelos.
A medida que se reveló la verdadera identidad de Pixie como “pelirroja”, pasó aproximadamente seis semanas bajo el cuidado de Daphne y Elliot antes de encontrar un hogar amoroso para siempre. Aunque separarse de Pixie fue un desafío, Daphne encontró consuelo al presenciar su increíble transformación, lo que hizo que la experiencia de acogida realmente valiera la pena.
¡Comparte esta conmovedora historia con tus amigos y familiares!