Boby, un perro abandonado con tumores cancerosos, fue descubierto vagando sin rumbo por las extrañas calles de Hermosillo, México.
Cortesa-Dalia Gámez, una amable salvadora de animales, descubrió a Boby hambriento y en agonía y decidió darle una segunda oportunidad.
Llevó a Boby al veterinario, donde descubrieron que tenía dos años. Los médicos esperaban que Boby pudiera combatir la enfermedad con tratamiento ya que aún era muy joven. El estado demacrado de Boby, por otro lado, le hizo imposible sobrevivir a los tratamientos intensivos de quimioterapia.
Dalia decidió ser la única partidaria sincera de Boby en este momento crítico. Intentaba animar a Boby y permanecer a su lado y, finalmente, Boby comenzó a responder al tratamiento. ¡Boby se recuperó sorprendentemente en solo dos meses!
El pelaje herido de Boby también comenzó a recuperarse, y se desarrolló un pelaje sano y brillante para decorar su cuerpo. Su intensa historia de supervivencia y su comportamiento alegre y juguetón le valieron cierta fama en el vecindario de Dalia y la gente hizo fila para verlo.
Boby pudo encontrar un hogar permanente con una familia amorosa gracias a su repentina celebridad. A Dalia le resultó difícil dejarlo irse, pero sabía que Boby merecía lo mejor. ¡Actualmente es un perro feliz y saludable que disfruta alegrando a su nueva familia y a sus hermanos caninos! ¡Qué transformación tan asombrosa!
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